Taxco Antiguo: Pasado Prehispánico y el Legado de la Platería.
Taxco de Alarcón, es mucho más que un destino turístico; es un testimonio vivo de la historia de México. Este Pueblo Mágico, enclavado en las montañas de Guerrero, posee una riqueza cultural que se remonta a épocas prehispánicas y que floreció con el esplendor minero de la era colonial.
De Tetelcingo a Taxco: Las raíces ancestrales
Antes de llamarse Taxco, este territorio era conocido como Tetelcingo, que en náhuatl significa “cerro pequeño”. En tiempos precolombinos, este sitio fue habitado por diversos grupos nahuas, incluyendo matlatzincas, chontales y tlahuicas, quienes dejaron una profunda huella cultural en la región. El nombre actual, “Taxco”, proviene del náhuatl tlachco, que puede traducirse como “lugar donde se juega la pelota”, haciendo referencia al tradicional juego mesoamericano.
1528: El auge colonial y la llegada de la plata
La historia moderna de Taxco comenzó en 1528 con la fundación colonial de la ciudad, impulsada por el descubrimiento de ricos yacimientos de plata, según cuenta la tradición, por Hernán Cortés. Esta bonanza minera transformó el paisaje y la vida del lugar. Taxco se convirtió rápidamente en un centro de riqueza y desarrollo, lo que se reflejó en la arquitectura monumental que todavía hoy asombra a los visitantes.
Santa Prisca y la Casa Borda: Símbolos de un pasado esplendoroso
Uno de los íconos más imponentes del legado colonial es la Parroquia de Santa Prisca, una joya del barroco novohispano construida entre 1748 y 1758 por el acaudalado minero José de la Borda. Fue consagrado el 11 y 12 de mayo de 1759 por don Manuel Antonio Rojo de Lubián y Vieyra, delegado por el arzobispado en México.
Esta iglesia no solo representa el poder económico generado por la plata, sino también el profundo mestizaje artístico entre Europa y Mesoamérica. A su lado, la Casa Borda refleja la vida de lujo y cultura de una época en la que Taxco era uno de los centros más importantes del virreinato.
El nacimiento de una tradición: La platería taxqueña
William Spratling y su llegada a Taxco, visionario que intuyó que la plata tenía un futuro brillante y fundó el icónico taller de Las Delicias en 1935, donde reunió a maestros plateros para innovar en técnicas y diseños.
Este taller marcó el inicio del “renacimiento platero de Taxco”, y la fama de sus joyas pronto cruzó fronteras, vendiéndose en renombradas tiendas como Neiman Marcus y Tiffany. Gracias a su éxito, Spratling llegó a emplear a más de 400 trabajadores, transformando la economía local y posicionando a Taxco como un destino turístico imprescindible.
Un pueblo con alma: Taxco hoy
Caminar por las empedradas calles de Taxco es recorrer siglos de historia. Aquí, las raíces indígenas, la opulencia colonial y el arte de la platería conviven en armonía. Es este cruce de culturas lo que ha hecho de Taxco un destino con identidad propia, lleno de magia, legado y encanto.
Visitar Taxco es entrar en contacto con el corazón cultural de México. Desde sus orígenes como Tetelcingo hasta su reconocimiento actual como cuna de la platería, cada rincón de esta ciudad cuenta una historia que sigue brillando con luz propia.
Y tú ¿Ya tienes planeada tu visita a nuestro hermoso Pueblo Mágico?