El Legado que dio vida a la Joyería Mexicana Moderna
Hablar de la historia de la plata en México es hablar de Taxco, y hablar de Taxco es hablar de William Spratling. Su nombre no solo está ligado al resplandor del metal precioso, sino al renacimiento de una tradición artística que hoy da identidad y orgullo a miles de artesanos.
Spratling nació en 1900 en Nueva York, pero fue México quien lo adoptó con los brazos abiertos y lo transformó para siempre. Arquitecto de formación, llegó a nuestro país atraído por el arte, la historia y la calidez de su gente. Durante la década de 1920, participó en iniciativas culturales que promovían el arte mexicano en Estados Unidos, como la exposición “Mexican Arts” en el Museo Metropolitano de Nueva York, donde artistas como Rivera, Covarrubias y Orozco deslumbraron al mundo con su talento.
Pero fue en 1929 cuando Spratling tomó una decisión que marcaría su destino y el de Taxco: mudarse a este pequeño pueblo minero de Guerrero, rico en historia y en plata, pero sin una industria que diera forma y alma a ese recurso. Dwight Morrow, embajador de Estados Unidos en ese tiempo, le había mencionado el potencial olvidado de Taxco. Ese comentario sembró una semilla que pronto florecería en una revolución creativa.
Desde su taller Las Delicias, Spratling no solo diseñó joyería, sino que sembró una nueva forma de entender la orfebrería. En 1930, invitó al joven orfebre Artemio Navarrete a enseñar el arte de la platería a los hombres del pueblo. Para 1935, su taller ya era una escuela de diseño y producción donde se trabajaban piezas con una estética única: una fusión entre lo prehispánico, lo colonial y lo moderno.
Bajo un sistema gremial similar al medieval, Spratling organizó a más de 300 artesanos, donde los aprendices se formaban de la mano de los maestros. El objetivo no era solo producir, sino transmitir el oficio como legado. En este espíritu, surgió también el Concurso del Día del Platero, celebrado por primera vez el 27 de junio entre los plateros de su taller. Dos años después, en 1937, este día fue oficialmente reconocido como el Día de la Plata en Taxco.
Durante el auge de su taller, la creatividad no conoció límites. Además de joyería, se elaboraban piezas para el hogar: candeleros, cafeteras, ceniceros y cajas que hoy son considerados íconos del diseño mexicano. El nombre de Spratling se convirtió en sinónimo de elegancia, innovación y respeto por la tradición.
Gracias a su visión, hoy Taxco es reconocido a nivel mundial como la capital de la plata, con más de 3 mil artesanos que continúan el legado de trabajar este metal con pasión y maestría. En cada callejón del centro, se respira la herencia de ese impulso creador.
En De Gaytán Joyería Mexicana, somos herederos y orgullosos continuadores de esa historia. Valoramos el trabajo artesanal, el diseño auténtico y la conexión cultural que da vida a cada pieza. Porque cada joya que creamos es mucho más que un accesorio: es una expresión viva del legado que Spratling dejó en Taxco y en el corazón de México.
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